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Uno cosa nos falta

Redacción / Ventanaver. Xalapa, Ver., 13 de octubre de 2024.- La Arquidiócesis de Xalapa en su comunicado dominical señala que «En la vida democrática real y madura, cada ciudadano no puede ser sustituido por nadie, ni puede ser anulado por ninguna ley para participar y unirse a todo proyecto nacional de desarrollo integral, cuyo resultado final supera toda expectativa de bienestar para todos.»

El pasaje evangélico de Marcos (10,17-27) retrata un joven rico, pero insatisfecho profundamente porque vive aferrado únicamente a los bienes materiales. Jesucristo le invita a seguirlo a él hasta el final: “Te falta una sola cosa: vende todo lo que tienes y da el dinero a los pobres… luego ven y sígueme” (Mc 10,21). En la persona hay una aspiración más profunda que no se satisface solo con las riquezas y todos los satisfactores que la ciencia y la tecnología ofrecen al hombre de hoy. Ninguna ley abarca ni expresa totalmente este deseo de plenitud que se traduce, en un primer paso, en vivir con lo necesario y que culmina con una justicia real y divina .

En la vida democrática real y madura, cada ciudadano no puede ser sustituido por nadie, ni puede ser anulado por ninguna ley para participar y unirse a todo proyecto nacional de desarrollo integral, cuyo resultado final supera toda expectativa de bienestar para todos. La razón fundamental de que todo ciudadano de participar en las decisiones fundamentales de la nación lo muestra la doctrina social de la Iglesia: “El sujeto de la autoridad política es el pueblo, considerado en su totalidad como titular de la soberanía. El pueblo transfiere de diversos modos el ejercicio de su soberanía a aquellos que elige libremente como sus representantes, pero conserva la facultad de ejercitarla en el control de las acciones de los gobernantes y también en su sustitución, en caso de que no cumplan satisfactoriamente sus funciones” (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, número 195). El pueblo en su totalidad debe participar para buscar el bien común y la paz social.

Es una triste realidad saber que en México una cosa no falta: lograr que todos los ciudadanos en capacidad de votar participen en la vida democrática, para madurar la incipiente democracia en nuestra patria. Para lograr el bien común y la paz social son necesarios todos los ciudadanos formados éticamente para construir un proyecto de nación y evitar que algunos se beneficien de bienes de México que son de todos.

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