Redacción / Milenio. México. 19 de febrero del 2022.- Olga Sánchez Cordero, presidenta del Senado, se ha desempeñado en el poder Legislativo, Ejecutivo y el Judicial. Cuando concluyó su periodo en la Corte, pensó que su tiempo en la vida pública había terminado, pero la vida le tendría preparado otro destino.
También conocida como la ‘la dama de los tres poderes’, Sánchez Cordero ha luchado por los derechos de las mujeres y los niños desde diversas trincheras, de manera que ha buscado dejar un legado de paz en México en beneficio de las siguientes generaciones.
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En entrevista exclusiva con Pedro Gamboa para MILENIO, la senadora abordó su paso por la Secretaría de Gobernación, la razón de su salida y la pasión con la que se ha desempeñado durante su trayectoria como funcionaria, siempre en compañía de su familia, y esto fue lo que reveló.
-Cuando entramos a la oficina, llama la atención que tiene este cuadro de Sor Juana Inés de la Cruz, platíquenos un poco de esto.
«Cuando llegamos a la Secretaría de Gobernación y Zoé (Robledo) llegó conmigo como subsecretario, me hizo una pregunta: ‘¿cuál es el personaje histórico que usted más admira?’ Le contesté: no tengo más que una respuesta, Zoé, es Sor Juana Inés de la Cruz, por todo lo que implica su lucha, sus retos, haber escrito contra viento y marea, que haya tenido los libros a su alcance para poder cultivarse, para luchar contra todos los estereotipos, sobre todo siendo mujer. Además, su prosa y poemas están a la altura de Miguel de Cervantes Saavedra».
-También tiene fotografías, bueno son dibujos de usted, ¿Cómo los recibe? ¿Cómo los ve?
«Son caricaturas que han hecho algunos de tus colegas y que para mí representan ciertos momentos, mi vida en la Secretaría de Gobernación, por eso los tengo junto a mí y, además, me los hicieron llegar los mismos caricaturistas».
-Ahora también es coleccionista de arte, disciplina que lleva en la sangre por su bisabuelo Juan Cordero, pintor mexicano del siglo XIX. ¿Cómo es su pasión por esto?
«Ahora sí que de familia. Mi abuela paterna, Asunción Cordero, fue hija póstuma de Juan Cordero. Ellos eran de Teziutlán, Puebla. Él era poblano y se fue a estudiar a la escuela de Florencia, en Italia. Hay un cuadro de él que se llama La Sonámbula, que es una obra de arte; otro es El Diluvio, que lo tiene mi hermano; otro de la Diana Cazadora, que lo tiene una hermana mía; uno de La Marquesa de la Selva Negra, que lo tengo yo. Mi abuelo era un gran pintor del siglo XIX. Todo ese amor al arte, sobre todo a la pintura y la escultura, es heredado».
Olga Sánchez Cordero fue la primera notaria pública de la Ciudad de México. (Naomi Antonio)
-Sobre su familia, usted está casada y tiene más de 50 años de matrimonio, según sé, tiene hijas e incluso nietos.
«Tengo dos hijas y un hijo. Tengo una hija magistrada federal, tiene casi 24 años en el poder judicial, ella quiso seguir la carrera judicial. Es una gran magistrada, su trabajo es impecable, de avanzada, de sentencias emblemáticas. Su lucha por los derechos de las mujeres y los niños ha sido demostrada en sus resoluciones. Me dio mucho gusto que siguiera mis pasos dentro del Poder Judicial».
«Mis otros dos hijos, tanto mi hija mayor como mi hijo menor, son notarios públicos de la Ciudad de México y también siguieron mis pasos, porque yo ejercí como notaria pública durante 10 años».
-Que de hecho usted fue la primera mujer en ser notaria pública de la Ciudad de México.
«Sí, la primera notaria pública de la Ciudad de México, después de que varias mujeres habían intentado serlo. A algunas incluso se lo negaron porque el requisito era ser ciudadano mexicano y como eran ciudadanas, la interpretación del colegio en ese momento fue que solamente los hombres podían acceder al cargo».
-¿Cómo ha balanceado el tiempo entre su familia y las responsabilidades tan grandes que ha tenido a lo largo de los años? Tanto usted como su esposo.
«Con el respeto irrestricto a cada uno en nuestra individualidad, pero, desde luego construyendo armonía y una pareja para lograr equilibrio. Sin duda, tanto él como yo, priorizamos siempre la familia antes que cualquier otra cosa. Antes que nuestros trabajos, antes que nuestra vida profesional, estaba nuestra familia. La gente que te quiere, la que está cerca de ti, es quien te va a apoyar emocionalmente en las buenas y en las malas. Si tienes una carrera profesional y te desarrollas ignorando lo más importante, que es tu familia, al final te quedas sin nada, porque descuidaste todo. Priorizar a la familia es lo más importante de la vida».
-Al final la familia siempre va a estar ahí. ¿Es en ella donde usted toma fuerza cuando ha tenido dificultades durante su trayectoria?.
«Siempre ahí, siempre con mi esposo, siempre con mis hijos, siempre el ‘no te preocupes, vamos adelante’, siempre el ‘mamita, no te preocupes, son detractores, no te angusties. Todos como familia estamos unidos, tú estás aquí y nosotros contigo'».
-A lo largo de su trayectoria, principalmente como ministra de la Suprema Corte por más de 20 años, ¿ha tenido muchas adversidades?
«Por supuesto que sí. Desde que llegué a la Suprema Corte de Justicia otros ministros y yo, que éramos de la misma mentalidad en materia de de derechos, rompimos gran cantidad de paradigmas y avanzamos mucho. Cuando llegue a la Corte, los niños eran objeto de protección, no eran sujetos de derecho. Habían consejos tutelares donde los niños no tenían garantía de audiencia, no podían ni siquiera probar algún tipo de conducta que se les imputara. Simplemente eran medias personas.
Sánchez Cordero ha sido llamada ‘la dama de los tres poderes’. (Naomi Antonio)
-Y siendo ministra, ¿alguna vez usted se sintió discriminada o rechazada por el hecho de ser mujer?
«Por supuesto, aunque dentro del grupo de ministros no, fueron siempre muy respetuosos. Sin embargo, yo no entraba en muchas de sus pláticas hablaban sobre toros o fútbol, que son temas en los que yo no estaba tan familiarizada, aunque el tío de mi esposo fue juez de plaza muchos años, Pérez Verdía, y algunas ocasiones me llevaba a la plaza de toros. Eran pláticas donde francamente no estaba incluida, pero fuera de eso, no había discriminación entre los diez ministros y yo, porque durante diez años fui la única mujer».
«Habían otras personas que no estaban de acuerdo en mis resoluciones, fui muy criticada en una de ellas, en una de las grandes decisiones de mi vida, cuando se dio la violación de cónyuges y yo dije: sí hay violación entre cónyuges. Lamentablemente, la violación es más frecuente dentro del matrimonio que fuera del matrimonio, ahí es donde el uso de la fuerza muchas veces está presente».
«Yo hablaba, por ejemplo, de la autodeterminación y de la sexualidad de las mujeres, de los derechos sexuales y reproductivos dentro del matrimonio. Nadie había dicho esto sobre los derechos sexuales y reproductivos dentro del matrimonio».
-Usted siempre ha luchado por la mujer, por abrirle camino y fue la primera mujer en ocupar la Secretaría de Gobernación, ¿cómo fue su paso por esta dependencia?
«La Secretaría de Gobernación era una dependencia a la que todo mundo le tenía miedo, era de represión, de llamar a cuentas a los gobernadores y que se utilizaba como arma política. A través de ella se destituían gobernadores. Hubo un periodo sexenal donde fueron destituidos cerca de 11 gobernadores. Era una secretaría de la censura previa, no había libertades. ¿Qué pasó en esa secretaría cuando yo estuve los tres años? Se transformó en una dependencia del diálogo, del consenso, de comunicación con todos los actores políticos.
«Se nos atravesó la pandemia, pero cada semana teníamos reuniones con todos los gobernadores y secretarios de estado para resolver el tema del coronavirus, de la vacunación, regreso a clases, reactivación económica, del turismo. Lo complicado fue tomar decisiones como cerrar todo de la noche a la mañana, sobre todo porque el Presidente dio la instrucción de que todo tenía que ser voluntario, era un autoconfinamiento».
«En medio de todo esto, todas las semanas estábamos platicando y comunicándonos y viendo qué entidades subían a rojo, otras en amarillo o naranja y luego, ya al final, a verde. Era necesaria la comunicación con todos los gobernadores, era indispensable que los secretarios estuviéramos presentes y descubrimos que lo podíamos hacer a través de plataformas digitales».
«No se podía haber entendido la Secretaría de Gobernación al día de hoy, tras mis pasos esos tres años, precisamente porque le di un giro completo a la secretaría de la represión, a la secretaría de la amenaza, a la secretaría de la imposición».
-Y ¿por qué sale de la Secretaría de Gobernación?
«Fue a la mitad el camino, como dice el Presidente de la República. Él me llamó para decirme: ‘no quiero que se vaya del gabinete, pero en la Secretaría de Gobernación yo requiero tener a un gran amigo, alguien que tenga operación política para los tres años restantes. Le ofrezco algunas secretarías de Estado para hacer los movimientos necesarios’. Entonces le dije: no, Presidente, no haga movimientos».
«Desde el día uno le dije al Presidente que yo quería ser senadora de la República, era mi gran ilusión terminar mi vida profesional en ese cargo después de haber estado en la Corte revisando las leyes y su constitucionalidad. Ahora quería estar del otro lado, en la creación de las leyes. Se presentó la coyuntura de la presidencia del Senado en ese momento y mi deseo era regresar ahí. Yo había presentado cerca de diez iniciativas los primeros meses que estuve como senadora, tenía todo para presentarlas».
«Le agradecí al Presidente porque fue una gran oportunidad estar en la Secretaría de Gobernación, haber aportado y cambiado la dependencia. Creamos una unidad de fortalecimiento al sistema de justicia, tenía guerreras a mi alrededor que desde la corte me habían seguido, además de Alejandro Encinas como subsecretario de Derechos Humanos, con quien tuve una maravillosa relación».
-Ahora al frente del Senado, en la presidencia, ¿qué es lo que usted visualiza, cuáles son las dificultades y áreas de oportunidad?
«Quienes integramos el Senado somos pares. La presidencia tiene ciertas funciones y atribuciones en la ley orgánica, pero en realidad estamos siempre entre pares. Dirijo el debate, aunque a veces es complicado, pero yo tengo una máxima, que es el respeto irrestricto a las libertades, el respeto a la libertad de expresión y que más libertad expresión que en un parlamento».
-¿Sin importar colores?
«Sin importar colores. Es decir: aquí vienes a debatir, a parlar y a discutir. En la discusión y el debate se construye».
-Cuando asumió la Secretaría de Gobernación se le comenzó a llamar ‘La dama de los tres poderes’, por haber estado en el Ejecutivo, en el Legislativo y en el Judicial ¿con qué poder se quedaría?
«Es muy complicada la pregunta porque he amado las posiciones, me he entregado donde la vida me ha dado la oportunidad de estar, en la Suprema Corte, en el Senado, en la asamblea constituyente de la Ciudad de México, en la que a veces queda de lado mi participación aún cuando construimos derechos en una de las constituciones más avanzadas del mundo».
«Entonces, no te podría decir. He estado como legisladora en el Senado, como jueza constitucional y antes como jueza del tribunal de justicia o como secretaria de Gobernación. Te puedo asegurar que cada posición la he disfrutado enormemente, también las he sufrido, pero las he vivido con una gran intensidad».
-Antes de retirarse de la vida política, ¿hay algo que le gustaría que quede como un legado como México?
«Sí, que salgan de la pobreza muchos mexicanos, que tengan oportunidades distintas porque tenemos un país con un rezago social muy fuerte. Quisiera que mis hijos, mis nietos y bisnietos tengan un país en paz, donde las causas de la violencia sean atendidas puntualmente».
«La pobreza trae aparejada situaciones medioambientales, dificultades de vida, falta de oportunidades y problemas de movilidad social, entre otros. La pobreza es cruel, es muy cruel, y por eso quisiera dejarles un mejor México».
-¿Tenemos a Olga Sánchez Cordero para rato?
«No lo sé, no te lo podría contestar en este momento, porque cuando salí de la Corte pensaba que había terminado mi vida pública y resulta que a los poquitos meses me incorporé a la asamblea constituyente de la Ciudad de México, luego como senadora y después como secretaria de Gobernación. No sé qué me vaya a deparar el futuro, ya voy a cumplir 75 años. Creo que ya he cumplido ciclos, no te puedo decir contundentemente si me voy a retirar o no, pero también tengo tema para rato dentro de mi familia, el cuidado de mis nietos y una vida más intensa con ellos».
-¿En qué sueña Olga Sánchez Cordero?
«En dejarles a mis nietos un país en paz, un país en donde sean incluidos todos los mexicanos y mexicanas y tengan oportunidades, eso es lo que sueño».
-¿Hay algo a lo que le tema?
«Sí, la violencia y la manera en cómo hay jóvenes, más cada vez niños, que se están reclutando o son reclutados por el crimen organizado forzadamente, en muchos casos».