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Redacción / Agencia. México. 26 de febrero del 2025.-La presidenta Claudia Sheinbaum montó una guardia de honor en Palacio Nacional, para conmemorar el 112 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero, fundador de la democracia mexicana.
Acompañada por la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza; y el director general del Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Felipe Arturo Ávila Espinosa; la mandataria rindió homenaje al apóstol de la democracia en el patio de honor.
Previamente, Ávila Espinosa mencionó que, en 1913, Madero y el vicepresidente Pino Suárez cayeron víctimas de la traición de Victoriano Huerta, quien contó —dijo— con la colaboración de grupos conservadores que querían detener la Revolución.
“En este magnicidio tuvo también un papel importante el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, quien intervino descaradamente para derrocar al presidente mártir y escribió una de las páginas más vergonzosas en la historia de la diplomacia mundial”.
«Lane Wilson promovió el Pacto de la Embajada, en el que Victoriano Huerta y Félix Díaz se comprometieron a derrocar a Madero y acabar con el primer gobierno democrático en la historia moderna de nuestro país».
El funcionario recordó que el nueve de febrero de 1913 estalló el golpe militar conocido como la Decena Trágica. Detalló que ese día, un sector del Ejército Federal se levantó en armas contra el gobierno.
“El 19 de febrero, con engaños, Huerta obligó a Madero a renunciar. Él, el vicepresidente Pino Suárez y el general Felipe Ángeles fueron recluidos en la Intendencia de Palacio Nacional, donde el presidente mártir pasó los últimos días de su vida. Huerta no cumplió sus promesas de respetar la vida de Madero y Pino Suárez.
Felipe Ávila expuso que después de su asesinato, surgió una segunda etapa de la Revolución.
“Madero fue un personaje excepcional. El México de hoy sería distinto sin su vida, su obra y su ejemplo. Muchas veces se le ha descrito como romántico, soñador, idealista e ingenuo, que no se dio cuenta de la magnitud de la transformación que había provocado al llamar al pueblo a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910; nada más alejado de la realidad.
“Madero fue uno de los políticos más agudos, reflexivos y analíticos que hemos tenido en nuestra historia. Desde que entró a la política en 1904 y hasta su trágico asesinato, demostró que entendía como pocos el arte de la política; todas sus decisiones las tomó después de trazarse con claridad los objetivos que pretendía, los medios que utilizaría y el contexto en que se inscribían esas acciones”, apuntó.
El director general del Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, añadió que la democracia mexicana le debe mucho a Madero, ya que fue el primero en entender que el sistema político porfirista estaba anquilosado y entraría en crisis.
Ávila Espinosa apuntó que el gobierno de Madero permitió libertades políticas y reprimió las múltiples huelgas que estallaron. También inició las reformas sociales necesarias para resolver los grandes problemas del país, a través de las leyes e instituciones.
“Hablar de Madero es hablar de democracia, de sufragio efectivo, de no reelección, de libertades, de derechos, de conquistas sociales. Es hablar de un gobierno al servicio del pueblo. Es hablar de un hombre congruente con sus principios, honesto que tuvo la capacidad de entender lo que la gente quería y canalizar sus anhelos de transformación.
Su gobierno fue un ejemplo de democracia y de confianza en las instituciones y en las leyes. Este es su legado, es lo que le da vigencia a su vida y a su obra, y es lo que nos hace recordarlo con orgullo y respeto”.
Fuente:Milenio