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Reconocen tortura, pero dejan en prisión a víctimas del caso Ayotzinapa

Un Tribunal Colegiado confirmó en abril pasado que los hermanos Miguel Ángel y Osvaldo Ríos Sánchez fueron torturados por autoridades federales, tras ser detenidos el 8 de octubre de 2014 por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y aunque quedaron absueltos de esa acusación, permanecen en prisión, en un caso plagado de irregularidades.

La captura de los hermanos Ríos Sánchez, en pleno centro de Cuernavaca, Morelos, fue uno de los primeros intentos de la antigua Procuraduría General de la República (PGR), entonces dirigida por Jesús Murillo Karam, de cerrar el caso lo antes posible con fabricación de testigos.

Los hermanos fueron obligados a declarar que José Ángel Casarrubias, El Mochomo, ordenó ejecutar a los 43 normalistas, para luego enterrarlos en una fosa en Pueblo Viejo, entre Iguala y Cocula.

Pero al comprobarse que los restos hallados no eran de los estudiantes, los hermanos Ríos Sánchez fueron olvidados en esa investigación, aunque debido a sus declaraciones autoincriminatorias sacadas mediante tortura quedaron presos por posesión de estupefaciente y portación de arma de fuego.

El pasado 16 de abril, el Tribunal Colegiado de Apelación del Decimoctavo Circuito resolvió, en la Toca Penal 114/2023, que sí se advierte tortura conforme a distintos Protocolos de Estambul practicados a los hermanos Ríos Sánchez, pero también decidió validar el informe de los agentes que los detuvieron, lo que los ha mantenido presos por casi una década.

Indignada por el fallo del Colegiado, Liliana Salgado Ochoa, esposa de Osvaldo Ríos Sánchez, decidió romper el silencio y hablar por primera vez con un medio de comunicación.

Asegura que hay un video de la tortura a su esposo, pues personal de la ahora Fiscalía General de la República (FGR) se lo mostró a él en el Cefereso 4, de Tepic, Nayarit, donde se encuentra recluído. Y recordó las condiciones en las que encontró a su esposo en la entonces Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), tres días después de su detención.

“Él no se podía sostener. Y yo le digo ¿Qué tienes? Dice: ‘Es que no me puedo sostener, gorda, nos golpearon muy feo, nos vendaban del cuerpo para que no queden los moretones, nos echaron agua, nos ponían bolsas, muy feo’. Y yo le dije: ‘Pero ¿por qué?’. Dice: ‘Es que yo no me explico, ellos decían que yo era Salomón, yo me identifiqué, pero ni así’”, narró Liliana.
Cuando Osvaldo fue detenido, las autoridades informaron que se trataba de Salomón Pineda Villa, El Molón, un líder de Guerreros Unidos y hermano de María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca.

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