Redacción / Milenio. México. 21 de septiembre del 2023.- Los miles de migrantes viajan subidos al techo de vagones en México o que esperan en filas kilométricas junto a las vías para subir a un tren en el que llegar a Estados Unidos provocaron esta semana el cierre de uno de los pasos fronterizos y obligaron a la mayor empresa ferroviaria mexicana a suspender docenas de trenes de mercancías.
Pero han revelado también un fenómeno mucho más grande: una cadena casi ininterrumpida de migrantes que van desde Colombia a través de la selva del Darién hasta Panamá a una escala industrial que podría rondar las 500 mil personas este año.
Esos migrantes se mueven sin interrupción a través de América Central hasta México y, de ahí, a la frontera con Estados Unidos.
“Detrás de nosotros vienen miles más. Es continuo», dijo Juan Carlos Leal, un migrante venezolano que el miércoles esperaba junto a las vías con su hijo de 5 años, a unos 55 kilómetros al norte de la Ciudad de México.
Él y otros migrantes que aguardaban para trepar los trenes que pasan, algunos incluso en marcha, en la localidad de Huehuetoca apuntaron que 3 mil 500 personas salen a diario de los campamentos en la selva organizados por traficantes en el lado colombiano de la selva del Darién, porque esa es la capacidad de cada asentamiento.
La peligrosa travesía por la selva se ha reducido desde más de una semana a apenas dos días para las personas más en forma gracias a una red de guías, campamentos permanentes y sendas rudimentarias que comienzan en Necoclí, en el lado colombiano.