Olas de calor en México y el mundo: pasan más lento y duran más tiempo, según expertos
Redacción / Milenio. México. 15 de abril del 2024.- El calor puede llegar a ser una sensación agradable en los días de primavera y verano, sin embargo, todo en exceso es malo, de ahí que las olas de calor no sean del agrado de muchos.
Este fenómeno climático se caracteriza por períodos de tres o más días con temperaturas superiores a 30 grados y una temperatura media mayor de 24 grados centígrados, como explica el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). En otras palabras, las olas de calor son varios días consecutivos en los que el clima es sumamente caluroso.
Dadas sus características pueden llegar a tener un impacto grave en la salud de las personas, así como alteraciones en el ambiente, pues las altas temperaturas sumadas a la poca humedad aumentan la probabilidad de incendios y sequías.
De ahí que entre más rápido se vayan, mejor. Sin embargo, de acuerdo con un estudio publicado en marzo de este 2024, deshacerse de ellas podría ser cada vez más difícil. De acuerdo con el artículo de Science las olas de calor se han vuelto más “persistentes” y logran recorrer distancias más largas, lo que puede resultar sumamente problemático.
“Los resultados sugieren que las olas de calor contiguas de mayor duración, mayor recorrido y más lento causarán impactos más devastadores en la salud humana y el medio ambiente en el futuro si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y no se toman medidas efectivas de inmediato”, señalan el Dr. Ming Lou y colegas que participaron en la investigación.
Los hallazgos revelaron que cada década, entre 1979 y 2020, la velocidad a la que viajan las olas de calor, impulsadas por la circulación del aire, se redujo aproximadamente 5 millas por día, además de que duran alrededor de cuatro días más en promedio. Esto implica que por más tiempo una región del mundo queda más expuesta a altas temperaturas.
Se ha detectado que no sólo son más sino que a la par llegan a ser más potentes, como destacó Binimelis de Raga en una conferencia emitida en 2023, año en el que la mayor parte de México experimentó una potente sequía.
Esta tendencia se ha visto replicada en otras partes del mundo, tal es el caso de las principales ciudades de Estados Unidos, según datos de su Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“Su frecuencia ha aumentado constantemente, de un promedio de dos olas de calor por año durante la década de 1960 a seis por año durante las décadas de 2010 y 2020”, señala un artículo.
Frecuencia y duración
Según la investigación dirigida por Ming Luo, miembro del Instituto de Medio Ambiente, Energía y Sostenibilidad, Universidad China de Hong Kong, se analizó el avance de las olas de calor en todo el mundo.
Gracias a ello encontraron que en Eurasia y América del Norte hubo duraciones más largas y distancias más cortas, con una vida útil promedio de entre 10 y 20 días. Es decir, las olas de calor en estos lugares han durado más que en otros puntos de la Tierra.
“Las olas de calor de larga duración pueden causar daños más persistentes, lo que provocaría impactos más adversos en estas regiones”, alertaron.
Marzo 2024 y su relación con las ondas de calor
Marzo de 2024 se situó 0.73 ºC por encima del promedio de 1991-2020, siendo la temperatura más alta registrada hasta la fecha para este mes, según la información emitida por Copernicus, servicio de vigilancia climática de la Unión Europea.
Expertos destacan que el aumento en las temperaturas es un claro indicador del cambio climático, impulsado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este último punto es precisamente el que relaciona a marzo con el estudio recientemente publicado, ya que el cambio climático ocupa un papel central en ambos problemas.
Y es que los investigadores del artículo utilizaron modelos para simular temperaturas en escenarios con y sin el calentamiento provocado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.
El escenario con estas emisiones fue el que mejor se correspondía con el comportamiento de las olas de calor, lo que indica que el cambio climático ocupa un papel destacado en este fenómeno.