Redacción / Milenio. México. 12 de octubre del 2021.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo las expectativas de crecimiento económico para México, estima que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 6.2 por ciento, por debajo del 6.3 por ciento previsto en julio pasado; para 2022, las proyecciones pasaron de 4.2 a 4 por ciento.
De acuerdo con el documento “Perspectivas de la Economía Mundial”, esta reducción en las proyecciones de México se dan en un contexto en el que el FMI también disminuyó las previsiones para la economía global, al disminuir el estimado de crecimiento del PIB de 6 a 5.9 por ciento en 2021; para 2022, las proyecciones se mantuvieron en 4.9 por ciento.
El FMI refirió que la revisión a la baja para 2021 en la economía mundial refleja una disminución para las economías avanzadas, en parte debido a interrupciones en las cadenas de suministro; y para los países en desarrollo de bajos ingresos, en gran parte, debido al empeoramiento de la dinámica de la pandemia.
No obstante, indicó, esto se ve parcialmente compensado por perspectivas más sólidas a corto plazo entre algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo exportadoras de productos básicos.
Más allá de 2022, el organismo internacional proyecta que el crecimiento global se moderará a alrededor del 3.3 por ciento a mediano plazo, pronostica que la producción de las economías avanzadas superará las proyecciones de mediano plazo pre pandémicas, lo que refleja en gran medida un importante apoyo mediante políticas adicionales en Estados Unidos.
Por el contrario, se anticipan pérdidas de producción persistentes para el grupo de economías de mercados emergentes y en desarrollo, debido a la lentitud de la vacunación y menos apoyo de políticas, en comparación con las economías avanzadas.
Huellas duraderas
El FMI explicó que la recuperación económica mundial continúa, incluso mientras resurge la pandemia del covid-19, pero se espera que las divergencias a corto plazo dejen huellas duraderas en el desempeño a mediano plazo.
Señaló que el acceso a las vacunas y el apoyo temprano de las políticas son los principales impulsores de las brechas, pues la rápida propagación de la cepa Delta y la amenaza de nuevas variantes han aumentado la incertidumbre sobre la rapidez con la que se puede superar la pandemia.
Así, abundó el organismo, las decisiones de política se han vuelto más difíciles, enfrentando desafíos multidimensionales, como crecimiento moderado del empleo, aumento de la inflación, inseguridad alimentaria, el retroceso de la acumulación de capital humano y el cambio climático, con un margen de maniobra limitado.
Respecto a la inflación, apuntó que las tasas han aumentado rápidamente en Estados Unidos y en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo; en la mayoría de los casos, el aumento de la inflación refleja desajustes entre la oferta y la demanda relacionados con la pandemia y precios más altos de las materias primas en comparación con su base baja de hace un año.