Redacción / Agencia. Ciudad de México., 27 de noviembre de 2024.- El Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, advirtió que la imposición de un arancel del 25% a productos mexicanos, como lo propone Donald Trump, representaría un «tiro en el pie» para las empresas estadounidenses y provocaría la pérdida de aproximadamente 400 mil empleos en ese país, cifra calculada en conjunto con la industria automotriz y de autopartes.
Durante la conferencia matutina de la Presidenta Claudia Sheinbaum, Ebrard explicó que esta medida afectaría principalmente a las grandes empresas automotrices estadounidenses establecidas en México, como General Motors, Stellantis y Ford, que forman parte de uno de los conglomerados industriales y tecnológicos más importantes del mundo, construido en colaboración con países europeos, Japón y Corea del Sur.
«Cuando dice el Presidente voy a ponerle a México 25% porque exporta demasiado a Estados Unidos, lo que está diciendo es que vamos a ponerles un impuesto a las empresas norteamericanas más importantes del mundo», señaló el funcionario.
Aprovechó para recordar que algunas de estas compañías tienen una presencia histórica en México, como es el caso de la primera planta de Chrysler, establecida hace 80 años, y Ford Motor Company, que llegó hace casi un siglo.
El titular de Economía resaltó un dato significativo: el 88% de las pickups que se venden en Estados Unidos provienen de México. Un arancel del 25% incrementaría el precio de estos vehículos en aproximadamente $3 mil dólares por unidad en el mercado estadounidense, impactando directamente al consumidor norteamericano.
Ebrard hizo referencia a precedentes históricos importantes, particularmente el de 1971, cuando el Presidente Richard Nixon impuso un arancel general del 10% a las importaciones como medida para negociar modificaciones en las políticas cambiarias de sus socios comerciales.
Sin embargo, enfatizó que el impacto actual sería significativamente mayor, ya que en aquella época Estados Unidos importaba solo el 3.4% de su PIB, mientras que hoy importa casi el 13%.
«El impacto sería cuatro veces mayor más el doble», explicó el Secretario, señalando que el arancel propuesto equivaldría a duplicar el impuesto sobre utilidades que actualmente pagan las empresas estadounidenses, que es del 21%.
La integración comercial entre ambos países es profunda, destacó Ebrard, explicando que existe un constante intercambio de partes automotrices: «Traemos unas cosas de Estados Unidos, otras las producimos aquí, las integramos y ustedes lo ven como un producto final».
Por su parte, la Presidenta Claudia Sheinbaum respondió ayer a los amagos arancelarios de Trump mediante una carta, donde advirtió que estas amenazas comerciales no resolverían ni la crisis migratoria ni el problema del fentanilo en Estados Unidos.
«No es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos», expresó Sheinbaum en su misiva, donde también abordó el tema del tráfico ilegal de armas, señalando que el 70% de las armas ilegales incautadas a delincuentes en México proviene de Estados Unidos.
La Mandataria mexicana enfatizó que una guerra de aranceles sería contraproducente: «A un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes».
Además, destacó que las principales empresas exportadoras tienen una presencia histórica en México que ha beneficiado a ambas naciones.
En lugar de medidas proteccionistas, el Gobierno mexicano propone fortalecer la región mediante la cooperación en seguridad, migración y gobernanza.
Ebrard detalló que el comercio internacional entre México, Estados Unidos y Canadá alcanza los 1,776.5 billones de dólares, equivalente a un tercio del PIB mundial, lo que subraya la importancia de mantener una relación comercial estable.
El Secretario de Economía también anunció que México está acelerando las conversaciones con la Unión Europea para modernizar su acuerdo comercial y avanzando en negociaciones con países como Brasil, como parte de una estrategia más amplia de diversificación comercial.
«En la mesa hay como dos alternativas: nos podemos fragmentar y dividir con acusaciones y tarifas, porque si nos pone una tarifa nosotros ponemos otra y va a ser una división de nunca acabar, o construimos juntos una región fuerte, competitiva y preparada para liderar el futuro y competir con otras regiones», concluyó Ebrard.
Enfatizó que la propuesta mexicana cuenta con amplio apoyo no solo de la industria automotriz, sino también de sectores como el aeronáutico, agropecuario y financiero en Estados Unidos y a nivel global.
Fuente: Reforma
