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Veracruz, su elección a alcaldes y violencia

Sale y vale

Ricardo Chua

Vaya días que está viviendo el proceso electoral local a las alcaldías en Veracruz, los candidatos a presidentes municipales por el partido MORENA y la ciudadanía en general en la entidad.. Los hechos sangrientos no paran después de 15 días de iniciar la elección.. Ya pasó la primera mitad de las campañas y han dejado 2 candidatos asesinados (MORENA).. Decenas de aspirantes opositores amenazados y desde ayer el temor social por los hechos violentos y balaceras que se han hecho presente en el Estado.. Y ayer le tocó a Boca del Río, el municipio turístico por excelencia.. La «racha» de sangre continúa..

Así que después de unas horas del trágico asesinato de la candidata de MORENA a la alcaldía de Texistepec, Yolanda Lara, en un crimen artero cuyas circunstancias aún no se esclarecen del todo.. Veracruz vuelve a estremecerse con una nueva balacera, esta vez, en Boca del Río.. Dos hechos que reflejan no sólo la vulnerabilidad en la que se encuentran los actores políticos, sino también el caos creciente que vive el estado. No son eventos aislados, tampoco «campañas de pánico».. Son síntomas.. Son el «eco» de un sexenio fracasado, es la «herencia» maldita que le dejó Cuitláhuac García a Rocío Nahle..

Cuitláhuac García, le dejó a su sucesora, un estado marcado por el desgobierno, la impunidad y el miedo.. Un Veracruz donde ser político, periodista, empresario o simplemente ciudadano, puede costarte la vida.. Un Veracruz donde la estrategia de seguridad fue, en el mejor de los casos, ineficiente; y en el peor, inexistente.. El discurso oficial durante 6 años fue minimizar.. Tapar el sol con un dedo.. Decir que las cosas estaban mejorando mientras las balaceras se multiplicaban.. Hablar de abrazos mientras los cuerpos aparecían.. Celebrar cifras alegres mientras los veracruzanos lloraban muertos.. Hoy, esa narrativa colapsa frente a la realidad: un estado que arde, no solo por el crimen, sino por la desconfianza..

Rocío Nahle le «explotó» la «bomba» de tiempo en una entidad donde el tejido social está desgarrado, donde criminales han encontrado refugio y la ciudadanía ha aprendido a vivir con miedo.. Nahle también perdió la narrativa con lo del domingo en Texistepec y el lunes en Boca del Río.. No son «campañas de pánico» de la oposición, le están matando a sus candidatos a alcaldes.. Ella en este momento, está en un «campo minado» porque los veracruzanos no necesitan discursos triunfalistas.. Necesitan paz y justicia.. Eso solo será posible si se reconoce, sin rodeos, que la violencia que hoy enluta al estado, es el resultado directo de años de omisión, torpeza y soberbia.

En este momento, en Veracruz, inmerso en pleno proceso electoral local, hay una alta tensión social.. El crimen de Yolanda Lara fue una masacre y se percibe por parte de las autoridades una insensibilidad o frialdad.. Está claro, en este momento, que el gobernante tiene que salir a dar la cara y leer las mismas líneas de siempre donde se condena el suceso y se promete justicia.. Pero el estribillo de la 4T, parece más una declaración de buenas intenciones y deseos de que las cosas mejoren, a una toma de control de la situación y despliegue de acciones y medidas para lograrlo.. NO HAY CONTROL DE DAÑOS en el gobierno estatal..

Además de que en Veracruz, ya se evidencia un preocupante aumento de la violencia política en pleno proceso electoral.. Y si bien la gobernadora Rocío Nahle García reiteró su compromiso de garantizar seguridad a los candidatos y mantener la imparcialidad del gobierno en las elecciones, los hechos violentos le revelan serios desafíos…Lo que preocupa que ante temas tan sensibles.. La única voz visible sea la de la gobernadora.. Nadie de su gabinete legal o ampliado, nadie de su equipo, vaya ya ni siquiera sus aliados políticos hablan.. Todos guardan silencio, y eso, lejos de fortalecer su liderazgo, la expone y la debilita.. NO HAY CONTROL DE DAÑOS..

Pero aunado a todo eso.. Habrá que analizar si a la gobernadora le revivieron las afrentas políticas con personajes de la cúpula nacional de MORENA.. Esas fricciones podrían pasarle la factura, y el apoyo federal, crucial en momentos como este, podría empezar a llegar a «cuentagotas».. Es más, ayer la propia Nahle lo solicitó.. Algo que no se pensaba que iba a suceder en este momento, cuando van 15 días de las elecciones a alcaldes… Es un momento crítico para el estado y el mensaje debe ser claro: la violencia no puede ser parte del juego electoral. La sociedad no lo va a aguantar y se la van a cobrar al gobierno y MORENA..

Ante toda esta situación de los últimos dos días.. Ante la falta de presencia política de los funcionarios estatales y legisladores aliados de la gobernadora.. A su administración estatal le urge recuperar la confianza, además de proteger a los candidatos a alcaldes y, sobre todo, el de garantizar la seguridad pública de toda la ciudadanía.. Ya que eso es una responsabilidad que no admite demoras, ni cálculos políticos.. Si se presentan más balaceras como las de Boca del Río y más crímenes como los de Texistepec, Coxquihui o Paso del Macho, el gobierno estatal entrará una crisis política sin precedentes.. Y eso sería grave para Veracruz..

Lo que para nadie es un secreto.. Es que para gobernar bien.. Se necesita un equilibrio claro entre discurso y acción.. Un buen discurso político sin acción, no genera resultados, se queda como demagogía pura.. Y las acciones sin narrativa, pueden ser mal interpretadas o ignoradas.. Y eso sería lo grave, un gobierno sin credibilidad porque cuando el discurso no se corresponde con la acción, se «rompe» la confianza.. Por ello, si el gobierno estatal no asume el control de la gobernabilidad y de la seguridad con firmeza y claridad, da cabida a la percepción de vacío, de dirección y de autoridad.. Van a perder todo lo ganado.. El tiempo de las excusas terminó. Comienza, o debería comenzar, el tiempo de la responsabilidad.. AMEN..

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