Veracruz, líder nacional en violencia política
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
El asesinato este fin de semana en Tezonapa, del ex diputado local del Movimiento Ciudadano, Alexis Sánchez García, junto con su esposa y su niño de solo tres años, es una muestra más de por qué Veracruz es uno de los estados líderes en violencia política.
Apenas en enero, la empresa Etellekt presentó su Indicador de Violencia Política en México, atentados contra ediles (2000-2022), en el que arrojó que en el actual sexenio habían sido asesinados 65 ediles, es decir 20 presidentes municipal, 33 regidores y 12 síndicos; una incidencia 35 por ciento mayor a la registrada en todo el sexenio del expresidente Felipe Calderón. Oaxaca es el estado con más víctimas mortales, seguido de Veracruz.
La zona centro de la entidad es una de las más calientes de la entidad en términos de violencia y, conforme se acerca el proceso electoral es probable que se susciten más hechos de violencia. En este administración estatal morenista, el 25 de abril de 2019, la presidenta municipal de Mixtla de Altamirano, la morenista Marisela Vallejo Orea, fue embocada junto con su esposo y chofer en el municipio de Las Reyes, en la Sierra de Zongolica. Había denunciado amenazas por parte del síndico y de la ex alcaldesa, hoy detenida. El 9 de noviembre de ese año, Juan Carlos Molina Palacios, diputado local del PRI, fue asesinado en su rancho Santa Rosa del Alba, en el municipio de Jamapa. El autor material está detenido.
El 11 de diciembre, el ex presidente municipal de Omealca, Pedro Muñoz Mora, fue emboscado en una comunidad. Unos días después, el 16 de diciembre, se reportó el homicidio del ex alcalde de Paso del Macho, Rafael Pacheco Molina, a una cuadra del Palacio Municipal.
El pasado 1 de febrero Jorge Baruch Custodio, ex presidente municipal de Soconusco y ex delegado regional de la Sedesol, sufrió un ataque mortal. El 4 de abril de 2020, en Huatusco, fue asesinado el hijo del ex presidente municipal Rigoberto Villalvazo Aparicio. El día 12, la agente municipal priista, Catalina Montalvo Tezohua fue victimado. Dos días después, el 14, la regidora perredista de Texcatepec, María del Carmen Hernández también fue ejecutada.
El 11 de septiembre de 2020, el hijo del ex presidente municipal de La Perla, José Melquiades Vázquez Lucas, también fue asesinado. El 27 de octubre, el ex presidente municipal de Atzalan, Orlando Bocarando, sufrió un atentado en el municipio de Jalacingo en el que su chofer fue asesinado. El ex alcalde está grave. El 1 de noviembre de ese mismo año, el ex candidato a presidente municipal del PRD, luego del Movimiento Ciudadano y después se sumó a Morena, Manuel Dimas Cristóbal en Tierra Blanca y, el 11 de noviembre fue asesinada la presidenta municipal de Jamapa, Florisel Ríos Delfín. Se dio a conocer que la perredista fue secuestrada por un comando, cuyos integrantes le dieron muerte. Fue levantada cerca de su vivienda; la habrían subido a una camioneta y posteriormente la victimaron. El cuerpo fue hallado en una comunidad del municipio de Medellín de Bravo, vecino del suyo. La edil ya había denunciado amenazas.
El 31 de diciembre de 2022 Isauro Ambrosio Tocohua, el presidente municipal de Rafael Delgado, también fue asesinado, pero estos no son todos los casos, hay muchos otros más.
Por eso, estamos en el deshonroso cuadro del horror de la violencia política, de las agresiones y asesinatos contra periodistas, de los feminicidios. Todo pareciera ya un riesgo en Veracruz.
@YamiriRodriguez