Secuestro y homicidio, las cifras del horror en Veracruz
Por Héctor Yunes Landa
Articulista Invitado
En Veracruz, la posibilidad de que un secuestrador vaya a la cárcel no existe. De cada mil homicidios, sólo dos serán castigados y que un feminicida pague por su crimen será un verdadero milagro. Son las cifras del horror que vivimos hoy en nuestro estado.
Durante el año pasado, el delito de secuestro registró una impunidad del ¡100 por ciento!, es decir, ningún secuestrador terminó en la cárcel. Los homicidios dolosos presentan un porcentaje de impunidad de 99.8 por ciento, superior al promedio nacional del 95.7 por ciento; y en feminicidio, el porcentaje de impunidad es del 98.8 por ciento.
Delitos como la desaparición también muestran niveles de impunidad altos con el 98.7 por ciento, una mayor cifra que el promedio nacional que es de 96.5 por ciento.
Para los delincuentes, Veracruz resulta ser un paraíso. La Evaluación de la Justicia Penal en México, elaborada por la organización México Evalúa en 2022, muestra con absoluta crudeza la violencia e impunidad que se ha impuesto en el estado, consecuencia de un gobierno corrupto, una Fiscalía ineficiente y la complicidad con los grupos de la delincuencia organizada, que ellos mismos reconocen que operan en el estado.
Los que prometieron a los veracruzanos garantizar la seguridad en sólo seis meses, hoy que están a punto de irse, han dejado a Veracruz en medio de un infierno.
Por desgracia, Veracruz está entre los estados peor evaluados en cuanto a impunidad de delitos como el homicidio doloso, feminicidio, desaparición, secuestro, extorsión, narcomenudeo, entre otros. Son las cifras reales que carecen del maquillaje oficial y el discurso triunfalista.
El problema es mucho más profundo. La cifra negra en el estado de Veracruz corresponde al 93.2% de delitos cometidos, en los cuales no hubo denuncia o no se inició una Carpeta de Investigación.
Es decir, las cifras de impunidad de la Evaluación de la Justicia Penal en México, corresponden sólo a los delitos denunciados y no a los cometidos, por lo que la probabilidad de castigo para los responsables de un crimen es prácticamente nula.
En consecuencia, la cifra negra es el tamaño de la impunidad y desconfianza ciudadana de recibir justicia.
Pero si los delitos en los que está de por medio la vida de una persona no se investigan ni se castigan, aquellos que tienen que ver con el patrimonio –robo, fraudes, extorsiones- son una causa perdida para miles de veracruzanos que son víctimas todos los días.
Delitos como la extorsión tienen un porcentaje de impunidad de 99.7 por ciento; la violencia familiar del 99.6 por ciento; y el narcomenudeo del de 99.8. A estos se suman delitos como el robo simple (99.8 por ciento), el abuso sexual y el fraude (98.7 por ciento), según se desprende del informe presentado por la organización México Evalúa.
Esa es la razón por la que ocho de cada diez veracruzanos se sienten inseguros, lo que convierte a la entidad en el tercer lugar a nivel nacional con la percepción de inseguridad más alta, apenas por debajo de Zacatecas y Guanajuato.
Es tiempo de dar un golpe de timón y desterrar la corrupción y el nepotismo en las instituciones de seguridad y justicia.
La puntita
A punta de cacerolazos, habitantes de Nanchital dieron una muestra de dignidad y movilización social, obligando al Presidente a renunciar al desvarío de construir un relleno sanitario en su municipio. Sigamos el ejemplo de Nanchital: ante la intransigencia y el autoritarismo, no a Morena.