¡No es un cheque en blanco!
El arte de gobernar
Daniel Badillo
No, no es un cheque en blanco el triunfo el seis de junio de los presidentes y presidentas municipales que tomarán posesión en los primeros minutos del mes de enero del año próximo. Y así deben entenderlo. Sobre todo, aquellos que por primera vez incursionan en la administración municipal, pues hay algunos que ya han sido alcaldes y cuentan con experiencia suficiente para hacer un buen papel, pero otros más será su primera oportunidad al frente de los ayuntamientos.
Y cuando señalo que el haber triunfado en las urnas no es un cheque en blanco, significa que deberán poner todo su talento y capacidad para entregar buenas cuentas, pues muchos de los candidatos, sobre todo de Morena, ganaron no porque hayan sido los más conocidos ni los mejores, sino por el efecto favorable que sigue generando la incansable labor del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a quien el pueblo de Veracruz le refrendó su confianza y su voto por su sensibilidad social y su trabajo en beneficio de los más necesitados.
De allí que quienes crean que haber ganado es una “patente de corso” para hacer y deshacer a su antojo están equivocados. Por el contrario, los cuatro años que tendrán de administración, deberán servir para hacer las cosas mucho mejor que quienes son todavía presidentas y presidentes municipales, pues si bien la gente refrendó su respaldo al presidente de la República, estará muy pendiente del desempeño que tengan las nuevas autoridades, a quienes habremos de exigirles resultados desde los primeros días de su gobierno, y sobre todo que no sean ladinos ni corruptos.
Por eso, el presidente López Obrador en su reciente visita a Martínez de la Torre, dijo que habrá que cortarles las uñas “con hachuela”, a las próximas autoridades municipales y estatales si empiezan a corromperse y se roban el presupuesto del pueblo.
Señaló que “es oportuno decirlo ahora porque se están renovando muchos gobiernos municipales y también gobiernos estatales: nosotros no queremos ladrones en el gobierno. Ha pasado que llegan presidentes municipales con el único propósito de robarse el dinero del presupuesto, ¡ambiciosos, vulgares!… Ojalá y los presidentes municipales que van a entrar a cumplir con su función actúen con responsabilidad y con honestidad. Eso sí, si vemos que no se aplica bien el presupuesto, entonces vamos a aplicar muy bien la ley, vamos a dar manicure al que le vayan creciendo las uñas, vamos a darle manicure, pero con hachuela».
Y es que cada seis años o cada tres, siempre ha habido nuevos ricos surgidos del poder. Desde el alcalde del municipio más humilde hasta gobernadores, senadores, diputados y funcionarios públicos entraban con una mano atrás y otra adelante, y al poco tiempo se volvían millonarios de la noche a la mañana, lo que generaba sospecha pues muchos de ellos –la inmensa mayoría- no poseían bienes al ingresar al servicio público, ni eran empresarios exitosos, pero eso sí, al terminar su gestión contaban con inmensas propiedades, camionetas de lujo, ranchos y abultadas cuentas que no correspondían con sus ingresos como funcionarios públicos.
De allí que los veracruzanos estaremos muy atentos al desempeño de las y los nuevos alcaldes. Primero, para que cumplan todas las promesas que hicieron en campaña, y segundo, para que administren con honestidad el presupuesto del pueblo, pues no se vale que una vez en el poder se olviden de sus compromisos con la sociedad y se llenen las alforjas con dinero mal habido, ya que muchos hasta cambian la forma de caminar pues se marean con los cargos.
Será labor de los propios ciudadanos vigilar que las nuevas autoridades hagan bien las cosas y actúen con honestidad, lo que implica estar vigilantes de su evolución patrimonial, pues como lo he dicho en este espacio, es la manera en que podemos cerciorarnos de que no están robando. De allí que debemos exigirles que hagan público su patrimonio y su conflicto de intereses, para saber con qué bienes ingresan al gobierno, en este caso municipal, y con qué bienes terminan su gestión. Transparentar sus propiedades dará certeza de que estamos frente a personas honorables, pues quien se oponga a hacer pública su declaración patrimonial, probablemente tenga algo que esconder y aunque no podemos obligarlos, sería sano conocer su patrimonio desde ahora, para no llevarnos una desagradable sorpresa dentro de cuatro años.