ColumnaYamiri Rodríguez Madrid

Los carniceros de ayer, ¿las reses de hoy?

La vuelta a Veracruz en un teclazo

Yamiri Rodríguez Madrid

Si algo caracterizó el bienio del gobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares fue el número de priistas a los que metió a la cárcel en tan corto tiempo: Gabriel Deantes Ramos, exsubsecretario de Finanzas; el exdirector del DIF y exsecretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib; los exsecretarios de Finanzas, Mauricio Audirac Murillo y Antonio Gómez Pellegrín; Francisco Valencia, exdirector de la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz (CAEV); Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad Pública; Gina Domínguez, exdirectora de Comunicación Social; Flavino Ríos Alvarado, quien fuera gobernador interino y el ex fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, además de los exfuncionarios que tienen abiertos aun procesos y están amparados o huyendo.

Se acabaron sus dos años y vino entonces el encarcelamiento de panistas y perredistas, aunque en menor medida, empezando por el exsecretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, el excandidato a dirigente estatal de Acción Nacional, Tito Delfín Cano, el exfiscal Jorge Winckler Ortiz y el exsubsecretario de Finanzas, Bernardo Segura Molina. Creyeron que con eso habían ya cumplido “la cuota de cárcel” de su administración, pero esto no es así.

Las investigaciones que presuntamente hay en contra de dos de sus tres hijos, los expresidentes municipales de Veracruz y Boca del Río, Fernando y Miguel Ángel Yunes Márquez, son el mayor dolor de cabeza de los Yunes azules. Los días para la toma de protesta como diputado local y senador de la República, serán eternos para los hermanos y ni eso, les garantiza que el manto protector del fuero pudiera librarlos de un encarcelamiento.

Conocen tan bien el proceder que por eso ya en varias ocasiones Miguel Ángel Yunes se ha negado a acudir a las audiencias en Pacho Viejo. Teme que si pone un pie ahí no lo dejarán salir, tal y como se hizo en el bienio de su papá.

Nunca hay que olvidar que, en política, sobre todo en estos tiempos, se aplican dos máximas: para los amigos justicia y gracia; para los enemigos, la ley a secas y que los carniceros de hoy, serán las reses del mañana. Cómo han cambiado las cosas del “viejo guango” a hoy…

@YamiriRodriguez

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