La matanza de perros en Coatepec
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
Los hechos aberrantes nos describen como sociedad. Uno de esos, que a diario se repiten en Veracruz, fue el hallazgo, de este miércoles, en Coatepec: seis perritos muertos a orilla de la transitada carretera Las Trancas-Coatepec, muy cerca de la desviación a Tuzamapan. Lo peor es que no es ni la primera ni la última vez que algo así sucede.
Integrantes de la Red Animalista y Ambientalista de Veracruz pidieron a la Fiscalía iniciar una investigación; hay que reconocer que entre el cúmulo de trabajo que tienen con tantas ejecuciones, secuestros, feminicidios, extorsiones y robos, se dan el tiempo de resolver casos de agresiones a animales, logrando mes con mes detenciones y consignaciones.
Pero este tema del maltrato, la crueldad animal, no es competencia únicamente, como muchos otros de nuestros males, de la autoridad, sino de nosotros como sociedad. La misma red acusa que es creciente el número de casos de perros y gatos abandonados, no solo con altos niveles de desnutrición, sino también con heridas hechas con objetos punzocortantes. En la capital veracruzana la misma organización incluso ha detectado peleas de perros clandestinas, por lo que los cuerpos putrefactos de los perros hallados esta semana pudieran estar relacionados con estas actividades.
Y decía que no es el primer caso porque hace unos meses en Xico se dio un envenenamiento de perros y gatos, por lo que algunos ciudadanos optaron por alertar a otras personas a no pasear por ahí. Está la gente que molesta por la presencia de callejeros, los patea y/o los quema con agua hirviendo o líquidos tóxicos.
Si como país estamos atrasados en el reconocimiento de nuestros propios derechos humanos, ahora imagínese si podremos ser capaces de respetar a otros seres vivos, como perros y gatos, incapaces de defenderse, de quejarse. No se vale
Empecemos, si decidimos tener un perro o un gato, por cuidarlo, mantenerlos limpios, alimentados, vacunados y esterilizados, con cariño y respeto; si no somos capaces de bañarlos, si los tenemos amarrados bajo el sol en una azotea o un patio, difícilmente nos puede conmover que un animal de dos patas los lastime.
@YamiriRodriguez