La corrupción del Poder Judicial Federal
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
Hoy, que en el ojo del huracán está la dichosa reforma al Poder Judicial de la Federación, sale a la luz el nuevo libro de la magistrada veracruzana, Denisse Uribe Obregón, denominado La corrupción del Poder Judicial Federal. El libro, de descarga gratuita, aborda uno de los cánceres que aqueja a nuestras instituciones en todo el país con datos por demás interesantes, como el hecho de que, en Veracruz, 49.6 por ciento del personal de dicho Poder llegó ahí por nepotismo.
En charla con la magistrada, la obra es producto de su segunda tesis doctoral y se dio previo a la discusión nacional; por eso es un análisis sobre cómo, desde sus entrañas, el sistema de justicia federal ha sucumbido a intereses particulares, desvirtuando su papel fundamental como garante de la justicia y la equidad, aunque el periodo de estudio es del 2000 al 2021.
Uribe Obregón, quien también dirige la Escuela Judicial del Estado, revela en su texto la alarmante realidad de los tribunales que, en lugar de servir a la ciudadanía, se han convertido en un laberinto de privilegios y criterios parciales. Por eso, cuando se le cuestionó su opinión sobre el hecho de que magistrados y jueces sean electos por la ciudadanía, se dijo a favor, pues dará oportunidad a mucha gente preparada a acceder a dicho Poder, así como ascender dentro de la estructura.
Por cierto, ya que hablamos del Poder Judicial de la Federación, el pasado fin de semana estuvo en Xalapa la magistrada Loretta Ortiz, quien señaló que el proceso electoral es la oportunidad para construir un sistema judicial más transparente, cercano y alineado con los valores del país y apuntó que el Poder Judicial ya ha comenzado a implementar cambios, como la reciente conformación de un Comité Evaluador que seleccionará y propondrá a los candidatos para integrar la lista que se someterá a votación en el Senado.
Según lo expuso, otro punto relevante es la modificación que permite a ministros, jueces y magistrados participar en el proceso electoral, lo cual, según Ortiz, busca democratizar la selección y respetar los derechos laborales de todos, excepto el de los propios ministros, cuyas remuneraciones se ajustarán en función de la reforma.
Lo cierto es que, pese a la polémica, las marchas a favor y en contra, y todo lo que se ha dicho, hasta ahora ni media docena de aspirantes se ha registrado en el proceso: ¿miedo a no ser seleccionados, desinterés en participar, falta de difusión? Algo pasa, eso es lo cierto; mientras tanto, el jaloneo continuará por muchos días y semanas más y nos falta la de Veracruz.
@YamiriRodriguez