ColumnaLo que yo pienso

La Abejita.

Lo que yo pienso.

Juan Javier Gómez Cazarín.

Grabé el video de La Abejita Chiquitita porque me hizo gracia, porque me nació, porque se me hizo que no tiene nada de malo.

Lo hice porque soy alegre, porque disfruto la música tropical, porque quiero aprovechar cada día en este mundo para ser feliz sin dañar a nadie -algo que estoy convencido que deberíamos hacer todos-.

También, porque no creo que tenga que esconderme para ser feliz y fingir algo que no soy, ni adoptar una imagen artificial, de cartón, posada, pensada en el “qué dirán” y construida para parecerme a los políticos a los que, precisamente, no quiero parecerme ni tantito (ni Dios lo mande).

Pero algunos amargados sacaron a relucir sus complejos y sus telarañas mentales y dijeron que yo estaba mal en bailar con La Abejita Chiquitita que canta de manera excelente Juan Carlos Tapia, mi brother “Paleto”.

Estaría mal, por ejemplo, si ese video -que grabé fuera de mi horario de trabajo y sin usar recursos públicos- me hubiera distraído de mi chamba y que, derivado de esa distracción, mi encomienda pública estuviera para llorar.

Dicho sea de paso, gracias a Dios, a la confianza de mis jefas, al equipo de trabajo y a que nos dedicamos a chambear duro, la Delegación ha rendido mejores resultados que nunca. Con decirles que ya estamos listos para dispersar becas a estudiantes del nivel medio superior. ¡Más de 106 mil en todo Veracruz!

Así que por ahí no va la cosa. Y les puedo adelantar algo a mis detractores: a mí por chamba nunca me van ganar. Será que por eso le buscan por otro lado.

Si no es una distracción de mi trabajo, entonces ¿qué les molestó del video?

No soy psicólogo, pero sí me puedo imaginar su envidia de ver a alguien feliz, libre de ser como quiere.

Imagino la frustración con su propia existencia y hasta siento mucha pena por ellos, porque vivir frustrado y reo de los complejos emocionales es una de las maneras más tristes de desperdiciar miserablemente nuestra valiosa, temporal, irrepetible e irrecuperable vida.

Esa gente hay que compadecerla, desearles lo mejor y tenerla de lejitos.

Estaba tan “preocupado” por su opinión que me lancé a la Ciudad de México a correr la carrera Kardias TUDN, que ya había corrido antes y que sirve para apoyar tratamientos para el corazón de niñas y niños con padecimientos cardiacos.

Eso deberían ponerse a hacer aquellos amargados. Les juro que cuando uno va corriendo no tiene tiempo ni energías de andar criticando a nadie.

Botón volver arriba