ColumnaYamiri Rodríguez Madrid

Hipólito Rodríguez y Morena, durmiendo con el enemigo

La vuelta a Veracruz en un teclazo

Por Yamiri Rodríguez Madrid 

En 1991 Julia Roberts protagonizó una película de suspenso denominada, aquí en México, Durmiendo con el enemigo. A Morena le ha tomado más de tres años el rodaje aquí en Xalapa, con el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero en el papel de Martin y la ciudadanía como la sufrida. 

Igualito que, a ese personaje, en 2018 nos pintaron al morenista como lo non plus ultra; un hombre sumamente preparado en lo académico, sin mancha de corrupción, vaya, el que le convenía al municipio. Desafortunadamente la historia ha sido otra totalmente diferente y hoy, a la vuelta de los años, Xalapa está gris, marchita, caótica, como el papel de Laura. 

Pero el Doctor en Ciencias Sociales no solo es el peor enemigo de Xalapa, sino de su propio partido: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Es más que evidente su pésima relación con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez que prácticamente a ningún evento lo ha invitado en tres años, ni ningún secretario de despacho le hace caso; es más, lo tratan como el apestado y hasta se han quejado de tener que hacerle el trabajo de chapear áreas verdes y pintarle herrería de las glorietas y barandales. 

Ni porque ya estamos inmersos en el proceso electoral se ha activado para que los ciudadanos cambien en un ápice la pésima impresión que tienen de él: basta circular por el Circuito Presidentes para caer en uno de los muchos baches a los cuales ni escombro se digna a tirar. 

Sus nuevas pifias atizan el fuego contra Morena, al meterse a intervenir el Parque Juárez sin tomar opinión alguna, como si le sobraran los recursos públicos para hacer obras de relumbrón. También se fue contra los locatarios del Mercado de la Rotonda al anunciar que va a demolerlo para hacer una remodelación total.  Con la rapidez con que trabaja, ya estuvo que tendrán que esperarse los comerciantes a que llegue el nuevo presidente municipal y, sino que le pregunten a todos los propietarios y arrendatarios de las escasas calle que pavimentó cuánto se tardó y al final como les fue con las obras mal hechas. 

Enlistar cada uno de los errores y exabruptos del morenista de piel sumamente delgada y delicada a las críticas nos tomaría horas y horas, pero sin duda, no parará de cometerlas hasta que termine su mandato. Es una carrera de resistencia para él, para los ciudadanos, para Morena. Estamos, viviendo con el enemigo. 

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