Eventos masivos en Veracruz y la cuarta ola
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
Una cosa es que a casi dos años de que el Covid19 llegó a nuestras vidas, hoy tenemos que aprender a vivir con el virus y, otra, es fomentar los eventos masivos cuando estamos iniciando la cuarta ola de contagios.
La semana pasada, en pleno aumento de casos en Veracruz, la secretaria de Turismo y Cultura, Xóchitl Arbesú Lagos, anunció la realización de dos eventos masivos presenciales en la entidad: las Fiestas de La Candelaria, en Tlacotalpan, y la Cumbre Tajín, en Papantla.
El primer evento será del 27 de enero al 9 de febrero. La edición 23 de la Cumbre será del 18 al 22 de marzo y dicen que ambas contarán con todas las medidas sanitarias.
Imagínese usted en la suelta de los toros o en un concierto de Matute o Intocable, con muchas cervezas encima, si la gente va a guardar la sana distancia o usar el cubreboca. Ya ni le digo de los asintomáticos. Hace unos días, en una sucursal bancaria me tocó ver a un adulto mayor quitarse el cubreboca para estornudar y toser, se limpió con la mano y pasó con la ejecutiva a quien le daba sus papeles. Así se contagia uno no solo de Covid sino de muchos virus más. Repita esa escena por cientos, por miles y póngales jolgorio y alcohol.
Los números hablan por sí solos: el miércoles19 la Secretaría de Salud reportó mil 71 nuevos enfermos; un día después, el jueves 20, eran otros mil 72 nuevos contagios; el viernes 21 hubo mil 251 nuevos casos y mil 396 el sábado 22. Es decir, en solo cuatro días hubo más de 4 mil contagiados. Lo peor es que todavía tenemos un número considerable de personas que se niegan a vacunarse, que solo tienen una inmunización o que no se quieren poner la tercera dosis por miedo a la reacción de las combinaciones.
También es cierto que el número de muertos ha bajado de manera considerable, pero habría que preguntarles a doctores, enfermeras y demás personal médico, que desde marzo de 2019 no ha tenido tregua, qué opina de juntar a miles de personas en conciertos y paseos.
Le pongo otro ejemplo: las pistas de hielo que se instalaron en la temporada decembrina para incentivar la economía regional no cumplieron con los resultados esperados. A algunos comercios les fue incluso peor, pues por el cierre de calles y la instalación de ferias, provocaron que algunos quebraran, por lo que consideran que ese dinero mejor se los hubiesen dado en estímulos.
Esperemos que estos eventos no se conviertan en la prolongación de nuestro mal, que por tapar un hoyo destapen tres más; ojalá se haya calculado el riesgo/beneficio y no sea solo una ocurrencia gubernamental.
@YamiriRodríguez