ColumnaVentana al mundo - Renata Zilli Montero

El mito del fin de la globalización

Ventana al mundo

Renata Zilli – Internacionalista
 
En días recientes, durante un evento organizado por la comunidad empresarial de Nuevo León, el exembajador de México en China, Jorge Guajardo, pronunció un discurso sobre el estado actual de la economía global y las oportunidades para México. Su experiencia diplomática le otorga una perspectiva muy precisa –y poco común en la academia mexicana– sobre la falta de complementariedad entre las economías de México y China. No obstante, hay un punto que merece atención. Considero que el exembajador se equivoca al sugerir que las consecuencias de los aranceles impulsados por Trump, implican que la globalización “ya se acabó” (sic).
 
Esta apreciación además de alarmista, resulta superficial en un sentido completamente literal: si bien más del 80% del comercio internacional de mercancías se realiza por la superficie oceánica, el 95% del comercio digital ocurre a través de una red internacional de cables submarinos. Según Jared Cohen de Goldman Sachs, dichos cables,  transportan aproximadamente 10 billones de dólares en transacciones financieras diarias. Naturalmente, este comercio invisible es más difícil de medir, regular o gravar con aranceles.  En los últimos años, el comercio de servicios, especialmente los digitales, ha crecido a un ritmo mucho mayor que el del comercio de mercancías y sus prospectivas son al alza. Se espera que este comercio transfronterizo, revolucione los sistemas económicos y productivos, a través de la adopción y difusión de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA). El científico estadounidense Roy Amara, señalaba que tendemos a sobreestimar los efectos de una tecnología a corto plazo y subestimar su efecto a largo plazo.
 
Lo mismo sucede con el futuro de la globalización. No debemos dejarnos llevar por conjeturas cortoplacistas. Cada etapa del proceso globalizador se originó con la introducción de diversas tecnologías. Desde la máquina de vapor, pasando por la imprenta, el internet o ChatGPT, cada avance tecnológico ha transformado la forma en que los seres humanos producimos aquello que consumimos y comerciamos. Pero también aquello que pensamos. Es indiscutible el daño económico que ocasionará la guerra comercial impulsada por Trump. Sin embargo, con todo y aranceles, nos encontramos ante una coyuntura histórica y un cambio estructural en la economía mundial que ni usted, ni Trump, ni yo, podemos frenar. La globalización de lo intangible está por germinar. 

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