El iracundo Alor
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
Ojalá el secretario de Salud de Veracruz, Roberto Ramos Alor, no haya desayunado huevo con aguacate previo a su comparecencia de ayer lunes ante el Congreso Local, pues perdió los cabales ante las preguntas de la oposición.
Como era de esperarse, llegó a presentar números alegres, que todo marcha bien en el sector, en una absoluta falta de respeto para los enfermos y sus familiares, quienes esperan que sus medicamentos lleguen puntuales y completos.
El colmo fue cuando el funcionario estatal explotó ante los cuestionamientos de la diputada priista Anilú Ingram, quien advirtió que si este año hubo desabasto, el próximo podría ser peor; esto por las bajas presupuestales en diversos programas, así como por un presunto subejercicio al interior de la dependencia; además de que le solicitó que le enviara información sobre una transferencia por 40 millones de pesos que al parecer se hizo para el pago de honorarios de médicos cubanos.
El señor secretario, como toro en embestida, arremetió contra la diputada e hizo gala de su falta de oficio político, de su piel tan delgada ante las críticas, pero sobre todo de su nivel discursivo, pues lejos de defenderse con altura, sacó su cultura citando al grupo musical “Horóscopo de Durango” y su antes muerta que sencilla y el comercial del Palacio de Hierro, como parte de sus argumentos.
Peor aún es que se burló de que pida que exista un abasto total de medicamentos, faltándole al respeto no solo a la representante popular, sino a todos los derechohabientes de los servicios de Salud. Confirmó así, solito, que el desabasto seguirá.
Con su explosividad, Ramos Alor terminó convirtiendo un ejercicio democrático en una verdulería. Ramos Alor no aguanta nada; debería autorecetarse unas gotitas de pasiflora con valenciana, a ver si así es más tolerante.
@YamiriRodriguez