Carlos Darío Arcos
Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
Hace mas de tres décadas conozco a este inquieto veracruzano y aun no sé si es mejor músico que combativo líder de opinión.
Carlos Darío Arcos Omaña ha sido exalcalde a Altotonga y por más de un cuarto de siglo cabeza del legendario grupo musical RAM.
Carlos Darío es asimismo amigo de sus amigos.
Irremisiblemente ferviente defensor de Dante Delgado y serio crítico de Ricardo Ahued a quien ha censurado en medio de la aprobación generalizada por su última filiación Morena que lo llevó a la candidatura por Xalapa.
Hombre de controversia ha sobrevivido además como millones, a los embates de la pandemia y para él simplemente la vida sigue salpicada de los mejores momentos de su vida pública.
¿Quién no recuerda en Xalapa sus célebres fiestas anuales amenizadas por su grupo musical? ¿Quién no tiene presente sus célebres polémicas y retos a madrazos con necios cacalovers que lo insultan? ¿Quién no tiene un CD con lo mejor de sus canciones románticas?
Hoy, en este espacio, evoco a este gran amigo por ser un personaje en Xalapa y porque ha iniciado una lucha por representar a su gremio musical en tiempos tan difíciles.
En los próximos días habrá de renovarse la dirigencia de la Sección 108, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Música y Carlos Darío ha levantado el dedo.
Ha recibido la invitación de su gremio para que encabece la Secretaría General que, en este gremio, como en toda organización que presuma de ser democrática, se dará por unanimidad.
Ya por lo pronto numerosos filarmónicos se han pronunciado en su favor y como escribe Jaime Ríos Otero, “lo trascendente es que Carlos Darío con más de 40 años de trayectoria en la actividad musical, es un tipo sensible, de trato respetuoso y capacidad de convocatoria, cualidades imprescindibles para rescatar a ese sindicato, que hace unos 30 años era de las organizaciones sindicales mas influyentes y reconocidas, pero que hoy está en el abandono”.
Y sí, en tiempos de pandemia se requiere algo más que buenas intenciones.
El gremio musical en Veracruz, como en todo el mundo, tocó fondo ¿Quién quiere música en vivo para sus eventos y conmemoraciones cuando éstos dejaron de existir por la pandemia? ¿Quién quiere pagar un peso por un evento musical masivo que está prohibido?
El reto de rescatar a los músicos no es cualquier cosa.
Requiere algo más que buenos deseos. Requiere de personas como Carlos Darío Arcos Omaña, un amigo-amigo.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo