ColumnaPluma Negra

Campo de batalla

Pluma Negra

Ignacio Álvarez

Veracruz es escenario de un campo de batalla entre grupos criminales, que a veces, rebasan a las autoridades de los tres niveles de gobierno que tienen el monopolio de la seguridad pública. Incluso se involucra a algunos elementos de las corporaciones en esas hostilidades.

El 13 de agosto pasado una denuncia ciudadana alertó a la policía que halló restos humanos en hieleras, la cantidad aún no es oficial, se habló al inicio de 34, la Fiscal de Veracruz, aclaró que eran 13; días más tarde se reconocieron 17 y a la fecha no hay un numero oficial de las personas que fueron mutiladas y refrigeradas en partes, tampoco el motivo de esa macabra acción.

Y es el propio gobernador de Veracruz, en que ha declarado que se trata de ajuste de cuentas entre delincuentes, el argumento tiene lógica, no es nuevo que grupos criminales se disputan los mercados de las drogas y delincuencia en Veracruz, desde hace muchos años y que existen  prácticas de violencia en esas disputas.

De acuerdo a la iglesia católica, la estrategia del gobierno en el combate a la delincuencia ha fallado. Los hechos de violencia que se registran en algunos estados del país, que rayan en el terrorismo, indican la gravedad en que está el Estado y confirman la solicitud que hacen los Obispos al Gobierno Federal para revisar las estrategias de seguridad, es lo que dijo el Vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez.

Y es que Poza Rica fue la gota que derramó el vaso, desde hace tiempo en la zona de la altas montañas y en diferentes partes del estado, se registra esa inhumana práctica de cercenar los cuerpos vivos o muertos; apenas el 18 de agosto un taxista de la zona centro fue hallado en partes en la autopista Ciudad Mendoza-Orizaba.

Lo inefable de la violencia es que cada vez es más sanguinaria, el congelamiento de los cuerpos de Poza Rica corresponde a un grado de violencia inexplicable y que no se puede reducir a un pleito entre la delincuencia.

Las retas, mensajes y amenazas, con las cartulinas y mantas en la vía pública, son cada vez más frecuentes en el territorio veracruzano, sin contar el sub-registro de los muertos en lo que el gobierno llama ajuste de cuentas entre la delincuencia.

El llamado de las organizaciones religiosas, las asociaciones de padres de familia y de los sectores productivos que denuncias aumento en las extorsiones no debe ser desoído por el gobierno. Es momento de actuar y evitar que esos grupos ganen más terreno, anoche dejaron una granada en la zona comercial Córdoba-Fortín, por fortuna no estalló y fue recuperada por la policía.

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