ColumnaYamiri Rodríguez Madrid

Adiós a la Laguna del Farallón

La vuelta a Veracruz en un teclazo

Yamiri Rodríguez Madrid 

Desde el año pasado, los ojos del país se posaron en la Laguna del Farallón, situada en el veracruzano municipio de Actopan, debido a que repentinamente el cuerpo de agua se secó. Ni la Conagua, ni las autoridades estatales pudieron dar una respuesta puntual a la causa de esta tragedia ambiental y hoy, el daño es ya irreversible. 

Algunos culpaban a la minería a cielo abierto de la región que, con supuestas prácticas de extracción ilegal del líquido, han desviado las corrientes de agua subterráneas y así fue como acabaron con la del Farallón.  

En la única comunicación emitida por la Federación, el pasado 27 de abril, en un operativo de inspección en el que también participaron la Secretaría Estatal de Transporte, agentes municipales y pescadores, la Conagua detectó tres cruces de mangueras con las que se extrae agua de la laguna, lo cual -dijo-, contribuía a la disminución de su nivel de almacenamiento, ya afectado por el estiaje, la extracción de agua de pozos cercanos, la sobreexplotación de ranchos ganaderos, el azolve de la propia laguna y del afluente que la alimenta e, incluso, por la actividad de algunas mineras que se encuentran en la región de la laguna.  No se volvió a hablar del tema. 

Hoy, casi un año después, en una escena apocalíptica, ambientalistas han adelantado que esta temporada de estiaje, que justo acaba de iniciar, sería el último eslabón en la cadena para que la laguna se seque en su totalidad. La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida), hizo un grito desesperado para que se tomen acciones urgentes pues, consideró que, si se comienza ahora, su rescate podría tomarnos entre 10 y 15 años.  

Los pescadores de la región también viven en la incertidumbre pues, aunque habían visto subir escasos 20 centímetros el nivel con las intensas lluvias de las últimas semanas, saben que marzo, abril y mayo serán muy difíciles, que los fenómenos del Niño y de la Niña no tendrán piedad. 

Peor aún es que este es un solo caso. Hay que revisar cómo están los niveles de contaminación en nuestros ríos, la devastación de los manglares y muchos otros puntos más que son la muestra de que estamos devorando con prisa nuestro entorno. Urge tomar cartas en el asunto. 

@YamiriRodriguez 

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