ColumnaYamiri Rodríguez Madrid

Veracruz y Trump

La vuelta a Veracruz en un teclazo

Yamiri Rodríguez Madrid

Para un estado como Veracruz, que es tanto expulsor como paso de migrantes, los resultados de la elección estadounidense son por demás importantes.

Tan solo entre enero y julio de este año, la entidad registró 22,700 eventos de personas en situación migratoria irregular, representando el 2.1% del flujo migratorio nacional. De estos, 13,219 migrantes fueron detenidos por las autoridades y 9,513 fueron canalizados a albergues del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF). Las cifras de rescates, proporcionadas por el Instituto Nacional de Migración (INM), arrojaron que, en el primer semestre de este año, la dependencia auxilió a más de 4 mil migrantes en riesgo aquí en el estado. A la par, Veracruz se posiciona como el tercer estado con más solicitudes de refugio por parte de migrantes centroamericanos.

La otra arista es que de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, más de 36 mil veracruzanos han migrado hacia otros países, principalmente hacia Estados Unidos y Canadá, en busca de un futuro mejor. Pero pongamos el foco en que el 81% de estos migrantes ha encontrado en el país vecino una vía de escape a la falta de oportunidades y, en algunos casos, a la violencia que afecta a sus comunidades de origen; de ahí la importancia de los resultados electorales de este martes para nosotros.

Un alto porcentaje de la población veracruzana tiene una familia que se fue a trabajar a Estados Unidos, pues conforme a estimaciones, poco más de 850 mil veracruzanos radican en estados como Illinois, Carolina del Norte, Texas, Nueva York, Georgia, Florida, California, Indiana y Wisconsin.   En torno de sorna decían que el municipio de Landero y Coss debió ser rebautizado como Landero Illinois.

Como presidente (2017-2021), Donald Trump construyó o reforzó varias millas de barrera en puntos críticos del muro fronterizo. El muro, como tal, nunca se concretó. En 2018, Trump implementó una política de «cero tolerancia» que implicaba enjuiciar a todos los adultos que ingresaran ilegalmente al país. Esto llevó a la separación de familias, ya que los adultos detenidos eran procesados penalmente mientras que los menores eran puestos bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos. Esta política generó una fuerte reacción pública y fue suspendida, aunque sus efectos se prolongaron.

También implementó numerosas restricciones al sistema de asilo, incluido el Programa de Protección al Migrante, el cual estipulaba que los solicitantes de asilo esperaran en México mientras sus casos eran procesados en tribunales de inmigración de Estados Unidos. Durante su administración, se impusieron restricciones a visas de trabajo, como las H-1B (para trabajadores calificados) y las visas H-2B (para trabajadores temporales). También promovió cambios para limitar la inmigración familiar y el acceso a la «green card» (residencia permanente), favoreciendo un sistema basado en méritos.

Trump planteó la posibilidad de eliminar la ciudadanía por nacimiento (jus soli) para los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos, aunque no implementó medidas concretas en esta dirección. Y no perdamos de vista que se incrementaron las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y las deportaciones de inmigrantes indocumentados, enfocándose en aquellos con antecedentes criminales, pero también afectando a personas sin historial delictivo.

Ahora ha amenazado a la presidenta Claudia Sheinbaum de que, si no frena el narcotráfico y la migración, nos impondrá aranceles del 25 por ciento.   Esperemos a enero que regrese oficialmente a la Casa Blanca.  Cuatro años complejos para México y Veracruz.

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@YamiriRodríguez

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