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Regresan a EU dos «dreamers» atrapados en México; estuvieron lejos de su familia por más de un año

Redacción / Milenio. México., 8 de mayo del 2024.- Un par de jóvenes dreamers cónyuges de estadunidenses pudo regresar este miércoles con visas humanitarias a Estados Unidos, tras haber salido del país a tramitar la residencia permanente, que les fue negada por las autoridades consulares y los obligó a quedarse en México por más de un año

Angel Damián y Eduardo Arriaga, ambos de 30 años de edad, se abrazaron entre llantos con sus esposas y familiares en San Ysidro, puerto de entrada de California, luego de que les permitieron regresar al país con permisos humanitarios.

Los dos beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) salieron del país en casos separados para tramitar la residencia permanente por estar casados con estadunidenses.

​Una pesadilla inesperada
Ambos fueron al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, por recomendación de sus respectivos abogados, Damián hace dos años y medio, y Arriaga hace año y medio. Pero se encontraron con que las autoridades consulares les negaron su petición bajo el argumento de que habían entrado al país como indocumentados cuando eran niños.

“Pensé que, por esa experiencia, por tener mi negocio, pagar mis impuestos, y por haberme casado con mi esposa de nacionalidad estadunidense, y porque así me lo dijo un abogado, no tendría problema para salir de país a solicitar la residencia permanente”, advirtió Damián, “nunca esperé que en lugar de esa alegría surgieran tantos problemas».
La noticia devastó a los migrantes que consideran a Estados Unidos su país y los obligó a separarse de sus familias. Damián tuvo que radicarse en Michoacán. Cuando su madre viajaba desde Florida a verlo, en ocasiones terminaba hospitalizada de emergencia porque la ausencia de su hijo le impactó el corazón.

Damián, su esposa, Perla Damián, y su madre padecen de ansiedad y depresión por la separación, dijeron a EFE.

Una historia similar vivió Arriaga que pasó año y medio en el Estado de México, pero tanto él como su esposa, Sara Mireya Martínez, y sus hijos de siete y cuatro años sufren de depresión y ansiedad.

Ambos migrantes habían vivido en Estados Unidos desde los nueve años de edad. Damián es propietario de un negocio de jardinería y mantenimiento, y Arriaga es conductor, ambos certificados.

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