Carlos Brito Gómez, 70 años de militancia
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
Hoy hay muchos políticos cuyos ideales son de vendaval, cambian conforme a sus intereses; otros, en total descaro, se han convertido en chapulines. Por eso, pocos pueden presumir décadas de militancia en un partido, como don Carlos Brito Gómez.
Hace unos días, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) le brindó un merecido homenaje por sus 70 años de ser priista, por su contribución al partido y por ser un líder moral de éste en Veracruz.
Aunque don Carlos nació en la localidad de Tonalá, del municipio de Coatzacoalcos, prácticamente toda su vida la ha vivido en Xalapa; en la misma casa que tiene desde hace años en la avenida Ávila Camacho. Ha sido mentor de muchos políticos encumbrados y, sobre todo, un experto del funcionamiento partidista en la entidad.
Don Carlos ha visto de todo en estas siete décadas. Inició como delegado de su partido, en el entonces DF, en 1956; Oficial Mayor del Comité Directivo Estatal del PRI en Veracruz en 1968; Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI del 2001 al 2004. Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional en los Estados de Chiapas, Tlaxcala, Tamaulipas, Guerrero, Zacatecas en Diferentes Años. Delegado de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares en el Estado del Baja California. Presidente de la Comisión Estatal de Procesos Internos del Comité Directivo Estatal del PRI en Veracruz del año 2012 a la fecha, entre otros cargos partidistas más.
En el servicio público, trabajó en la Secretaría de Gobernación del Gobierno Federal en 1958. Fue agente del Ministerio Público Federal; Subsecretario de Gobierno; Diputado Federal; Magistrado Presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo; Alcalde de Coatzacoalcos, Diputado Local, Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado de Veracruz y Coordinador de los Diputados del PRI.
El homenaje de los priistas, para uno de sus activos con más militancia actualmente en el país, era justo y necesario; lamentablemente se olvidaron que en política la forma también es fondo. Don Carlos llegó ataviado de traje, como ameritaba la ocasión; su familia igual de formales, al igual que otros invitados de la vieja guardia. Pero el dirigente nacional, Alejandro Moreno y, el estatal, Marlon Ramírez Marín, iban como cualquier otro día en la calle: de mezclilla y sudorosos, como si el evento no tuviese importancia, como si entregaran reconocimientos por 70 años de militancia cada semana. Pareciera que esa es la importancia que le dan a todo lo que contribuyó un hombre de ese tamaño a su partido y para quien ese tipo de detalles sí le importan.
@YamiriRodriguez