ColumnaPluma Negra

La marcha

Pluma Negra

Ignacio Álvarez

Con la palabra clave de transformación, la marcha de reacción del gobierno del Presidente, Andrés Manuel López Obrador a la defensa del INE, se transformó en una manifestación de festejo popular y callejero de los cuatro años de su llegada al poder.

A diferencia de quienes defendieron al Instituto Nacional de Electores, este domingo la marcha fue convocada por el propio Presidente de México, gobernadores, legisladores y al final los dirigentes del partido en el poder, que se limitaron a sumarse de manera dócil al movimiento. Fueron los funcionarios los organizadores, en pocos espacios se observó a simpatizantes naturales que acudieron por su propio pie.

Lejos quedaron los 18 años de lucha del Andrés Manuel López que sin convocatorias oficiales llenaba plazas de manera genuina, esta vez los asistentes contaron con su respectivo lonche completamente gratis, al igual que sucedía cuando gobernaba el PRI y el PAN, esos que la 4T llama la mafia del poder.

La marcha sirvió también para medir fuerzas de los aspirantes a puestos de elección popular en el 2024, ahí estaban en las calles mostrando el músculo, midiendo fuerzas con sus adversarios para agradar a quienes tomarán la decisión para nombrar candidatos para las elecciones del 2024.

Y aunque en las marchas locales se observaron las diferencias de grupos, fue más evidente entre los presidenciables que en la capital del país, se disputaron los espacios físicos y de difusión en las redes sociales y noticieros.

Así la marcha de los cuatro años de la 4T se redujo a un festejo de autocomplacencia, esta vez no fue para una causa de todos.

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