Redacción / Ventanaver. Xalapa. Veracruz. 28 de junio del 2022.- El día 27 de mayo, por la tarde, Mons. Jorge Carlos Patrón Wong acudió al Convento de las Madres Agustinas Recoletas de Xalapa. En el Convento celebró la Eucaristía de manera privada, como preparación para la realización del capítulo general de la congregación en Xalapa.
El capítulo de una comunidad religiosa es una especie de cónclave, en el que se escoge al “gobierno” de la congregación, en este caso a la Madre Superiora y un equipo que la ayuda en la dirección de la comunidad.
La Eucaristía inició a las 7:00 pm en la capilla del convento, allí Monseñor Jorge Carlos, durante la procesión de entrada, saludó y bendijo a cada una de las hermanas presentes.
En la homilía el Arzobispo comentó que hay 3 palabras que vienen de Cristo y que no debemos olvidar.
“Hemos nacido para servir.
Como seguidores de Jesús y tenemos un cargo de autoridad, ejercemos esta autoridad no como la realiza el mundo sino como la vivió Jesús. Toda autoridad se convierte en servicio a la humanidad, el servicio a la humanidad comienza con aquellos a los que nosotros debemos de servir cotidianamente, esta es la riqueza de cualquier servicio de autoridad.
Cualquier tristeza se convierte en alegría.
Todas las tristezas humanas se pueden experimentar, no con la desaparición de un hecho que nos produce tristeza, sino un hecho que nos produce tristeza pero que, vivida desde el Espíritu Santo, no hay ningún elemento de tristeza humana que no pueda convertirse en una razón de alegría, pero la razón de alegría no es la eliminación mágica o automática de la tristeza sino es el sentido profundo que encontramos a través del amor para vivir cualquier situación difícil desde el amor. Esto solo lo puede hacer el Espíritu Santo.
La alegría que nos da Jesús no nos la puede quitar nadie.
En el mundo estamos acostumbrados a colocar nuestra alegría en cosas externas y todo lo que es externo, se puede quitar, se puede perder, puede caducar, todo absolutamente todo lo que viene de fuera tiene una caducidad, tiene un límite y se puede perder. En cambio, la alegría que viene de Dios es una alegría que permanece, que es para siempre ¿Cuál es la alegría que permanece y es para siempre? La presencia de Jesucristo en nuestra vida, en nuestros corazones, en nuestras acciones, en nuestros sentimientos.
Hoy le vamos a pedir a Jesús que comprendamos y vivíamos con alegría la oportunidad de amar siempre y también que cuando tengamos cualquier servicio de autoridad sea así, una autoridad para servir, un servicio para amar y un amor que no es nuestro, sino que viene de Dios”.
Después de la homilía la misa continuo de ordinario y al final se encomendó a María de Guadalupe la realización del capítulo y se tomo la foto del recuerdo.
El capítulo se realizo a puerta cerrada, rogamos a Dios por la elección que el Espíritu Santo hará entre las hermanas.