Opacidad presupuestal en Veracruz
La vuelta a Veracruz en un teclazo
Yamiri Rodríguez Madrid
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), presentó la más reciente edición del Barómetro de Información Presupuestal Estatal (BIPE). Tras 14 años de realizarlo, este centro de investigación de política pública, señaló que el cumplimiento promedio de los estados en la presentación y difusión de su información financiera ha mejorado significativamente, pues de 2020 a 2021 creció 8 puntos porcentuales, aunque en Veracruz no podemos echar campanas al vuelo.
Conforme a esta medición, en el primer año que se publicó (2008) estábamos en semáforo rojo; al año pasado llegamos al amarillo, lo que significa que hay muchísimo trabajo en la materia.
Los datos arrojan que el cumplimiento en el reporte de información presupuestal del ejercicio fiscal del año pasado fue de 87.1 por ciento. Hay rubros en los que está perfectamente bien evaluado, como el de acceso inicial, Ley de Ingresos, clasificaciones, poderes y dependencias, municipios, deuda pública y recursos federales. El problema está en que solo obtiene 67 por ciento en la información referente a tabuladores y/o plazas; 53 por ciento en criterios y 76 por ciento en rubros específicos.
Ahora bien, el IMCO recalca otros datos que deberían ser igual de importantes para las y los ciudadanos de este estado, como lo es la tendencia a la baja de la deuda pública estatal, la cual se ubica en un monto, hasta el año pasado, de 39,722.9 millones de pesos.
En tanto que de los 154,726.4 de ingresos totales, 82 por ciento es por participaciones federales, 13 por ciento por Deuda y solo 5 por ciento de ingresos propios.
Asimismo, el IMCO incluye un desglose de los 153,616.3 millones de egresos totales, los cuales 66 por ciento es para Gasto Corriente, 13 por ciento para Deuda, 11 por ciento para Inversión, 8 por ciento para participaciones de los municipios y 2 por ciento para el pago de pensiones.
Seguramente usted se preguntará como es que no podemos tener el 100 por ciento de evaluación, tal y como sucede en Yucatán, Querétaro, Durango, Hidalgo o Campeche, pero lo cierto es que poner la casa en orden después de tantos atracos, de tantos saqueos, tomará más que un pestañeo. Ahí la llevan pian-pianito.