Columna

La 4T mata de sed a los veracruzanos

En la Opinión…

Andi Uriel Hernández Sánchez

Según el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el estado de Veracruz existen 2 millones 390 mil viviendas privadas, de las cuales más de 203 mil carecen totalmente del servicio de agua potable, algo así como el 8.5%, además, más de 918 mil no tienen agua entubada en su interior. Lo que significa que más de 1 millón de viviendas, casi la mitad de las existentes, tienen serios problemas de abastecimiento del vital líquido. A pesar de la riqueza hídrica que hay en el estado, la falta total o parcial del agua es uno de los principales problemas que padecemos los veracruzanos.

La semana anterior el tema fue abordado en distintos medios de comunicación de la entidad, ante las reiteradas declaraciones del gobernador de Nuevo León, Samuel García, en la prensa y en eventos públicos, sobre su intención de llevar a cabo el plan Monterrey VI, un viejo proyecto hídrico de la Comisión Nacional de Agua (Conagua) que busca canalizar agua del río Pánuco en el norte de Veracruz hacia la zona metropolitana de Monterrey, que actualmente vive una crisis de desabasto, y que parte del argumento de que el afluente vierte al mar 400 metros cúbicos de agua por segundo que podrían aprovecharse no sólo en Nuevo León, sino también en Tamaulipas y Coahuila.

Resulta, sin embargo, que precisamente en el norte de Veracruz se ubican algunos de los municipios que más rezago presentan en cuanto acceso al servicio de agua potable. Propiamente en el municipio de Pánuco, que debe su nombre al río en cuestión, el 9.3% de sus 28 mil viviendas no disponen del vital líquido. Y no es el caso más grave.

Según el Coneval, en otros municipios de la Huasteca, el rezago alcanza a más del 50% de su población. En Castillo de Teayo, por ejemplo, el 62% de sus habitantes no disponen del servicio, lo que lo ubica en el, deshonroso, séptimo lugar entre los municipios de TODO el país con mayor porcentaje de población sin acceso al agua potable. En Tantoyuca, la carencia es peor, más de 50 mil habitantes padecen la falta del servicio. Además, otros 22 municipios veracruzanos, ubicados en zonas de alta marginación, se encuentran entre las 100 demarcaciones con mayor rezago de agua potable en todo el país.

Por ello, la respuesta del gobernador Cuitláhuac García, ante las preguntas de la prensa, sobre sí estaría de acuerdo en que se llevara a cabo el plan Monterrey VI, indignó a buena parte de la sociedad veracruzana. El gobernador dijo, el pasado 25 de marzo, que es un tema que debía revisar la Conagua, pero que él no tendría inconveniente alguno, puesto que “el agua es de todos”. Este es un dicho que no se materializa en realidad en nuestra entidad, pues su gobierno poco ha hecho para atender el grave problema de desabasto.

Vale decir, que los antorchistas conocemos casos concretos y hemos denunciado en innumerables ocasiones la situación crítica que viven habitantes de distintos pueblos y colonias populares en donde hacen trabajo los activistas de nuestro Movimiento.

En Tantoyuca, precisamente, colonos y campesinos se manifestaron, por enésima vez, el pasado 25 de marzo ante las oficinas regionales de la Comisión de Agua Potable de Veracruz, porque llevan 5 años, padeciendo el irregular servicio de agua potable, 3 de los cuales corresponden al periodo de la autoproclamada Cuarta Transformación. Y es que a pesar de que existe la red de distribución, hay innumerables fugas a lo largo de toda la línea de conducción que impiden que el agua llegue a más de 24 comunidades. La gente sufre y padece, sin que los funcionarios morenistas se inmuten. En diversas ocasiones han hablado con el responsable de la oficina, Macario Santos Redondo, y se han hecho compromisos para reparar los desperfectos, sin embargo, no se atienden.

Además, el suministro de agua potable es una de las demandas principales de campesinos, obreros y colonos organizados en Antorcha en los municipios de Tuxpan, Poza Rica, Filomeno Mata, Martínez de la Torre, Nautla, Xalapa, Coatepec, Jilotepec, Veracruz, Alvarado, Córdoba, Medellín, Fortín, Huatusco, Soteapan, entre otros. Cada caso tiene sus peculiaridades, pero en ninguno el problema se resuelve.

Y es que, al Gobierno de Veracruz en realidad, no le interesa resolver este tipo de problemas que vive la gente más humilde. Según se puede constatar en el Presupuesto de Egresos de Veracruz 2022, este año apenas se presupuestaron 12 millones de pesos para la operación de la CAEV, no hay dinero para dar mantenimiento a la red de agua potable que ya existe en el estado y mucho menos para construir la infraestructura que hace falta en muchos municipios. No es, por tanto, una exageración sostener que la 4T mata de sed a los veracruzanos.

El problema es de alcance nacional, pues mientras la CONAGUA ha diseñado todo un plan para dotar de agua potable a la zona industrial de Monterrey, en donde apenas el 0.7% de las viviendas carecen del servicio, no existe ningún plan nacional, que se sepa, para resolver la carencia que padecen millones de mexicanos humildes a lo largo y ancho del país. Porque no nos engañemos, la mayor parte del agua que se pretende llevar a Monterrey no terminará en los hogares de los más pobres de esa ciudad, sino que, como ocurre siempre, irá a parar a las grandes industrias y maquiladoras que se han establecido en esa zona y cuyo consumo, como en todo el mundo, es altísimo.

Por lo que a los antorchistas respecta, seguiremos denunciando el problema y exigiendo soluciones a las diferentes autoridades, pues la organización popular es la única y más poderosa arma de la que disponen los pueblos para conseguir su propio progreso y bienestar. Ojalá muchos más veracruzanos así lo entiendan y actúen en consecuencia.

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